Cuatro Niveles de Impacto de Un Líder

Existen cuatro niveles donde un líder puede ubicarse. Dependiendo del nivel que ocupe, será el impacto que causará en la vida de su gente:

1. EL NIVEL DEL DESINTERES
Hay líderes que no tienen interés alguno por el desarrollo de los demás. Estos, aunque aparentemente en la interrelación con ellos demuestran cierto interés, el paso del tiempo deja ver que éste es nulo. Estos líderes cuando dejan al grupo, no dejaron valor añadido en la vida de sus seguidores o subordinados
Esto se da por diversas causas. Una es que en ocasiones, el líder está más enfocado en los resultados que en la gente. Otra podría ser que su liderato lo utiliza para satisfacer su ego personal o económico. Sabe interesarse en sí mismo, pero no en los demás.
Otra razón se debe a que en su vida no existen prioridades. No tiene tiempo ni para sí mismo, mucho menos para la gente. Pero cualquiera que fuera la causa, este tipo de líder nunca va a estar trascender; es decir, nunca podrá lograr que su vida se multiplique en la vida de otros.

2. EL NIVEL DE LA IMPRESION.
El segundo nivel de reproducción es el de la impresión. Muchas ocasiones hemos visto como las grandes compañías internacionales de productos de consumo, utilizan un destacado atleta, con el propósito de impresionar y dirigir la voluntad del público consumidor.
Lo mismo sucede en el espectáculo o en el área deportiva. Por ejemplo, ¿qué hace un fan que admira y se siente impresionado por un determinado artista o jugador?. Compra ropa como la que él usa, tiene fotografías suyas en su habitación, y siente como si lo conociera y le fuera familiar.
Lo que este individuo hace, es abrazar una imagen que podría ser o no ser como lo es la persona real detrás de lo que la publicidad proyecta. Un liderazgo que está basado solo en el nivel de la impresión es débil y superficial, porque no hay una relación en la que ambos se involucren. El líder proyecta una imagen; y los espectadores la reciben pasivamente.
El ejemplo es Jesús. Cuando empezó a darse a conocer entre la gente, ellos se sintieron impresionados; y cuando llevó a cabo el milagro de la multiplicación de los panes, la gente debió de haber estado emocionada y sorprendida. Pero eso no cambió en mucho sus vidas.
Las vidas de las personas empezaron a cambiar cuando se relacionaron en el siguiente nivel.

3. EL NIVEL DE LA INFLUENCIA
El siguiente nivel en la reproducción del liderazgo es la influencia. Aquí es donde la reproducción del líder empieza a gestarse, porque requiere del apoyo del seguidor. En este nivel, el líder influyente logra que su gente reaccione a lo que él esta haciendo o diciendo.
Por ejemplo, cuando un líder influyente enseña, la gente desea poner en práctica sus enseñanzas. Si cuenta con libros, casetes u otros materiales didácticos, la gente los adquiere para aprender más y tratar de desarrollar nuevas habilidades.
Aunque la influencia es un paso a un nivel más elevado en el proceso de reproducción, es solo el principio. El líder tiene que hacer mucho todavía. En el caso de los discípulos de Jesús, su carisma y magnetismo los impresionó.
Cuando fueron llamados y le siguieron, ellos empezaron a ser influenciados verdaderamente, a reaccionar a su liderazgo, y a obedecer sus instrucciones. Como tuvieron la voluntad de seguirle sus vidas cambiaron. Pero para que haya un resultado real en la reproducción, se requiere pasar al siguiente nivel.

4. EL NIVEL DE LA INVERSIÓN DE TIEMPO
El nivel más alto en la reproducción de líderes es la inversión de tiempo. Aquí es donde se da el verdadero impacto del líder en la vida del seguidor. Pero lograr esto requiere de ambos una dedicación mutua.
La interacción que hubo entre Jesús y sus discípulos demuestra el tipo de disposición que había entre ellos. Los discípulos lo acompañaban a donde quiera que él iba, y los resultados que se dieron después, es un testamento de esa dedicación mutua.
Jesús se retiraba de las multitudes para estar con sus discípulos. Lo que él estaba haciendo era preparando a sus futuros líderes. Estaba concentrado en un propósito, reproducir su liderazgo en aquellos que habrían de continuar su obra.
Si seguimos el ejemplo de Jesús, y lo hacemos de manera efectiva, el resultado podría ser muy parecido al liderato que caracterizó a la primera iglesia cristiana, donde Pedro, Pablo Bernabé y otros más hicieron exactamente lo mismo, con los resultados que todos conocemos.

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