Desarrollando Disciplina

Es curioso ver como todos relacionamos la palabra “disciplina” con reprensión, sin embargo el diccionario de la real academia española nos da la siguiente definición:

Disciplina : Doctrina, instrucción de una persona, especialmente en lo moral.

Disciplina: Es la capacidad de actuar ordenada y perseverantemente para conseguir un bien. Exige un orden y unos lineamientos para poder lograr más rápidamente los objetivos deseados, soportando las molestias que esto ocasiona. La principal necesidad para adquirir este valor es la Autoexigencia; es decir, la capacidad de pedirnos a nosotros mismos un esfuerzo “extra” para ir haciendo las cosas de la mejor manera.

El que se sabe exigir a sí mismo se hace comprensivo con los demás y aprende a Trabajar y a darle sentido a todo lo que hace. La disciplina es indispensable para que optemos con persistencia por el mejor de los caminos; es decir, por el que nos va dictando una conciencia bien formada que sabe reconocer los deberes propios y se pone en marcha para actuar.

Este valor es fundamental y básico para poder desarrollar muchas otras virtudes, sin la disciplina es prácticamente imposible tener fortaleza y templanza ante las adversidades que se presentan día a día.

El líder se disciplina el mismo, mucho más el líder cristiano. La vida cristiana exige disciplinas espirituales tales como la oración, la lectura de la palabra, la memorización de la palabra, la meditación, el ayuno, el cumplimiento de mandamientos y la ejecución de obligaciones para con sus hermanos en la fe.

Un líder sin disciplina no obtiene carácter y el carácter es esencial para desempeñar una buena labor de liderazgo en todas las áreas de su vida.

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