"DESARROLLANDO TU HABILIDAD DE ESCUCHAR"

En el idioma chino, el carácter de la palabra "escuchar" incluye: ojos, orejas, atención no dividida y amor. Esto tiene un sentido perfecto. Y es que quien escucha de verdad a alguien, está usando más que sólo sus oídos; y además, tiene un entendimiento mayor de la perspectiva de la otra persona, y esto a su vez ensanchará su propia perspectiva.

Salomón lo dijo de la siguiente manera: “Oíd, hijos, la enseñanza de un padre, y estad atentos para que conozcáis cordura... retenga tu corazón mis razones”. Prov. 4:1

La experiencia de escuchar profundamente demuestra amabilidad, entendimiento y significado; engendra una interacción poderosa, una relación más fuerte y entendimiento mutuo que ayuda a disminuir las fricciones y el conflicto.

Uno de los grandes problemas del pueblo de Israel fue su incapacidad para estar atentos a escuchar la voz de Dios. A causa de esto el profeta Jeremías exclamó: “Yacemos en nuestra confusión, y nuestra afrenta nos cubre: porque pecamos contra nuestro Dios, nosotros y nuestros padres, desde nuestra juventud y hasta este día, y no hemos escuchado su voz”. Jer. 3:25

La habilidad de lograr una impresión positiva y una diferencia significativa en alguien, es el resultado de escuchar profundamente. El pueblo de Israel no pudo generar una diferencia significativa en la vida de su nación, por el contrario, se mezcló constantemente con las costumbres y dioses de otros pueblos. Le faltó habilidad para escuchar lo que el Señor trataba de decirles.

Los más comunes malentendidos en toda relación se generan cuando se cree que oír y escuchar son dos habilidades y actividades semejantes. Oír, requiere solamente de la función de los oídos. Escuchar, por otro lado, además de oír las palabras, requiere de atención y comprensión de las emociones del otro.

La mayoría de las personas piensan que escuchan bien, pero la verdad es que la mayoría de las personas no escucha en absoluto.

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